EL CORDONCILLO ANUDADO

Es un procedimiento muy antiguo pero que, hoy en día, todavía sigue siendo utilizado en los medios rurales por los amantes decepcionados que ven cómo el ser amado se casa con otra persona.

Repitamos una vez más que no vamos a citar todos los casos en los que este tipo de hechizos parecen haber tenido éxito, puesto que éstos ya han sido referidos en más de una ocasión por comentaristas de buena fe. Esta obra no es un volumen histórico, sino práctico.

Nosotros nos limitaremos a exponer los métodos, no a comentarlos. Se trate de los cordoncillos, de los clavos o de la Dagyde, resulta evidente que la técnica no es más que un simple apoyo al pensamiento del hechicero.

El ritual, cuando lo hay, añade fuerza al maleficio. Algunos materiales, por razones de Magia cósmica, pueden facilitar el éxito.

Más tarde, examinaremos estos aspectos. Pero, en este capítulo, nos limitaremos a una breve exposición, prohibiéndonos cualquier interpretación de unas técnicas que, a priori, parecen no revelar más que supersticiones, aunque a menudo conlleven una resonancia más profunda.

El hechizo del cordoncillo anudado se lleva a cabode la siguiente forma:

Al tener como objetivo volver impotente a un recién casado, evidentemente, éste se realiza a la salida de la iglesia. El que lleva a cabo el hechizo utiliza el miembro de un caballo, de un lobo o, mejor todavía, de un toro que acabe de ser sacrificado. Opera en la puerta de la iglesia, en la escalera. En el preciso momento en que la persona a la que desea hechizar pasa por su lado, la llama y, en cuanto ésta se da la vuelta, ata bajo sus ropas la verga del animal con un lacito de hilo blanco.

Ahora, al menos teóricamente, el hechizo ha sido consumado.

En este proceso, podemos observar claramente el mecanismo psicológico de la transferencia simbólica.

Los psicoanalistas a menudo también se encuentran con este mismo mecanismo durante el tratamiento de las enfermedades mentales o durante la interpretación de los sueños. Es un mecanismo contingente a la naturaleza humana. Es natural que el gesto sirva de apoyo al pensamiento y es probable que «solo» carezca totalmente de sentido y de eficacia. Es posible e incluso verosímil que, acompañado por una emisión del pensamiento bastante fuerte, la conduzca, la canalice y la refuerce...

Aparte del procedimiento que acaballos to ner, todavía deberíamos citar otros dos más. No nos detendremos en el que consiste en estrangular a una muñeca con la efigie, algo tosca, de la persona a la que se le desea el hechizo, puesto que ésta no es más que una manifestación del hechizo a través de la Dagyde que ya estudiaremos más adelante.

Sin embargo, debemos decir algo sobre un procedimiento de anudamiento que se utiliza cuando el hechicero no se atreve, o bien no puede, actuar en público.

Este debe hacerse con un cojín o con una almohada en la que haya dormido o descansado la persona a la que pretende hechizar. Lo descose, coge el material que hay en su interior (plumas, lana, etcétera) y forma pequeños manojos que deberá unir con hilo y con un y con un nudo en forma de cruz, volviendo a coser el cojín. Algunos se limitan a utilizar un hilo negro que anudan nueve veces y sitúan después debajo de la cama o del colchón del marido.,

Todo este proceso va acompañado por pensamientos de odio de invocaciones a los poderes del mal. 


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