EL HECHIZO ALIMENTARIO
Es un tipo de hechizo derivado de la «carga» y cuyo objetivo es el de actuar sobre un sujeto haciéndole consumir alimentos sometidos a una preparación oculta.
Los campesinos utilizan muchas recetas, la mayoría de las cuales son inútilmente complicadas... aunque no siempre «inútilmente», ¡pues así es como estos magos justifican la importancia de sus emolumentos!
Los productos utilizados con más frecuencia son los caldos hechos con animales (considerados tradicionalmente como nefastos) o con embriones.
Técnicamente, el hechizo de amor no se diferencia en absoluto de los otros tipos de acción oculta.
Sin embargo, debemos señalar que el hechizo de amor a través de los alimentos, se aproxima, por la vía mágica, a ciertos descubrimientos de la ciencia experimental.
La opoterapia se basa en la idea e que las propiedades de un órgano del cuerpo de un animal siguen conservándose euando se utilizan en la elaboración de productos farmacéuticos, reservados al consumo hu-mano, Los extractos de hígado, de glándulas, etcétera, son claros ejemplos de estos productos, cuyo objeto es el de subsanar ciertas deficiencias de nuestro orga-
Esta misma idea ha sido aplicada en la Magia y con resultados indiscutibles. Este tipo de hechizos amorosos a través de los alimentos se practican mediante la ayuda del hipólogo.
Bajo este mismo nombre, se designan dos productos distintos. El primero es una mucosidad de la vulva de las yeguas y el segundo es una concreción fibrinosa, oscura y elástica que flota en el líquido que recubre el feto del caballo.
Tanto el uno como el otro, y con el fin de evitar la putrefacción, son utilizados en polvo, tras haber sido secados. Este polvo se echa en los alimentos y, según los antiguos autores, provoca una violenta pasión amorosa en aquellos que lo han ingerido.
Es cierto que el hipólogo procedente de las secreciones de la yegua posee una considerable virtud afrodisíaca para el caballo... Y ello no tiene nada de extraño, puesto que este producto tiene como objeto provocar en el animal toda una serie de reflejos correspondientes a la llamada de la naturaleza.
En otras recetas se recurre a la utilización de pan y de sangre y a la mezcla de la sangre de la menstruación con la que se extrae del dedo, pinchándolo con una aguja.
Encontramos aquí el prototipo de la operación má-gica. Su simbolismo resulta evidente. De una forma general, el pan simboliza el alimento del cuerpo. La sangre, que brota del dedo, es la vida, es decir, la unión proyectada de dos seres y, en cierta forma, su comu-nión. (En realidad, aquí se trata de una comunión pagana de las dos especies.) La sangre de la menstruación simboliza la posesión amorosa y, finalmente, la desecación a través del fuego, divino purificador, sublima el hechizo y demuestra que no se ha hecho con intenciones maléficas, sino que tiene como objeto la felicidad de la pareja.
Para que todos estos procedimientos sean verdaderamente eficaces, resultará conveniente que aquel que los lleve a cabo proyecte su voluntad, convirtiendo así el objeto utilizado en un verdadero acumulador de su deseo. También resultará conveniente que estos métodos se acompañen de un ritual de invocación t de encantamiento, los cuales evidentemente, no expondremos, ya que el único ritual que nos interesa es el que se utiliza para defendernos de los hechizos.