Magia blanca cotidiana. Capítulo 8
La magia blanca es, por definición, la contraria a la oscura, tenebrosa y maléfica o negativa, aspectos que vienen representados por la magia negra. La magia blanca es aquella con la que no podemos dañar a nadie, a pesar de llegar a lograr
objetivos. Ahora bien, es un error pensar que la magia blanca sólo debe usarse para cuestiones meramente espirituales o de crolución personal. La verdad es que ahuyentar las visitas molestas tiene poco de espiritual y, sin embargo, si no hacemos daño a nadie, aunque las alejemos, estamos practicando magia blanca. Tenemos que ver la magia blanca como un sistema de proyectar la parte más positiva de nuestra esencia y alcanzar los objetivos propuestos sin dañar.
Fumigación para mejorar el ambiente en el hogar
Nuestra casa no siempre es el anhelado remanso de paz.
Más a menudo de lo que sería de desear, el ambiente se enrarece.
Materiales:
• Seis cucharadas de ruda.
• Seis cucharadas de romero.
• Seis cucharadas de menta seca.
• Seis cucharadas de sal refinada.
• Un pequeño cactus machacado.
• Un chorro de amoníaco.
• La piel de un limón.
• Un litro de agua destilada.
• Un recipiente de barro.
• Una cuchara de madera.
• Una botella de plástico nueva con tapón vaporizador y que tenga capacidad para un litro de líquido.
• Un embudo sin estrenar:
El sábado es un día excelente para elaborar la cocción, en luna nueva y a partir del momento en que el sol se oculte en el horizonte. Deberemos repetirlo a diario durante nueve días, descansar siete y volver a repetir la operación. En un recipiente de barro, pondremos a hervir en el litro de agua, la piel del limón, las seis cucharadas de ruda, romero y menta. Cuando lleven tres minutos en ebullición, incorporaremos la sal y removeremos con una cuchara de madera en el sentido inverso a las agujas del reloj. Apagaremos y taparemos el recipiente.
Cuando esté tibio, lo colaremos y añadiremos el chorro de amoníaco. Rellenar la botella con el embudo, guardándola hasta el día siguiente en un lugar oscuro y oculto de la casa. A la mañana siguiente, cuando estemos solos, haremos una vaporización en cada esquina de las habitaciones de nuestro hogar, incluyendo cocina, pasillo y baño. Vaporizaremos también por debajo de las camas, las sillas, el sofá y los sillones, es decir, todos los lugares susceptibles de utilizarse para el descanso.
Bolsa para ahuyentar las visitas molestas
Quién no se ha visto invadido por visitas inoportunas que. como si no tuvieran casa propia, olvidándose de las normas básicas de la buena educación, se anclan en la nuestra:
Materiales:
Tantas bolsas de color negro como sillas, sofás o sillones tenga la pieza en que recibimos a las visitas.
• Un rollo de cinta aislante del mismo color negro.
En cada bolsa deberemos introducir:
• Una cucharadita de pimienta negra.
• Una cucharadita de pimienta blanca.
• Una cucharadita de sal gorda.
• Cuatro hebras, cortadas a pequeños trozos, del plumero de una escoba de fibra natural, no plástica.
• Un clavo pequeño que antes habremos tenido en un tazón de vinagre, a la intemperie, durante veinticuatro horas.
• Un recipiente de cristal opaco.
• Una cuchara de madera.
• Tiza roja.
Para preparar las bolsas propuestas, será oportuno cualquier día de la semana, pero, eso sí, deberán elaborarse estando solos en la casa, con las ventanas cerradas y sin ningún resquicio de luz natural. Los ingredientes que componen su interior deberan
renovarse una vez al mes, conservando siempre las mismas bolsas. En primer lugar, pondremos los clavos a oxidar en el vinagre, en el quicio de una ventana o balcón durante todo un día y una noche. Procederemos a mezclar los clavos con el resto de los ingredientes en el interior de un recipiente de cristal opaco, con una cuchara de madera. Con la mezcla resultante, rellenaremos las bolsas sellándolas con la cinta aislante. Debajo de todos elementos susceptibles de ser utilizados para que. Uds tras visitas se sienten o descansen, marcaremos un círculo con la tiza roja y, en su centro, pondremos las bolsas bien pegadas dibujando cuatro cruces con el resto de la cinta aislante de color negro, adhiriéndose así a la base del mueble.
Magia para tener suerte en los juegos de azar
Si es usted jugador habitual, modere sus impulsos y recuerde que el juego es una adicción que puede convertirse en enfermedad Si, por el contrario, usted se encuentra entre los jugadores esporádicos y sólo le apetece tentar la suerte una vez, teniendo todos los gastos generales cubiertos, le recomendamos este sencillo ritual que, sin duda, ayudará a que el cuerno de la fortuna se vierta a su favor. Iniciará el ricual en miércoles, con luna llena, entre la una y las dos de la madrugada. Puede repetirlo cada cuarenta días.
Materiales:
. Cuatro bayas de enebro trituradas.
• Un ágata de tamaño pequeño.
• Una pizca de verbena.
• Una pizca de valeriana.
• Una moneda de plata.
• Un trocito de uña del dedo mayor o corazón.
• Una bolsa pequeña de tejido brillante de color dorado.
• Un pedazo de cordoncillo de algodón negro de unos 80 cm.
• Cuatro pequeñas bolitas de algodón hidrófilo.
• Nuestro perfume habitual.
• Un mortero de madera.
• Una cucharilla de plata.
Triturar las bayas de enebro y meterlas al horno a baja tempera-tura. Coser la bolsa. Machacar las bayas junto con el resto de las hierbas y el trocito de uña, el ágata, la moneda y las cuatro bolitas de algodón impregnadas con nuestro perfume. Mezclar cinco minutos mientras nos concentramos en la petición a la diosa For-tuna. Introducir la mezcla en la bolsa con la cuchara de plata y cerrarla con el cordoncillo dando siete vueltas y haciendo siete nudos. Hay que llevar la bolsa colgada del cuello y alejada de las miradas extrañas. Cuando compremos algún décimo de lotería o juegos de azar, lo colocaremos junto a ella debajo de la almohada.