Magia energética. Capitulo 5
Según la creencia mágica y esotérica más propagada, el ser humano está dorado de diferentes tipos de cuerpos o esencias energéticas entre las que destacaremos la física, la mental o psíquica, y la emocional. Cuando uno de estos planos energéticos se altera, ya sea por una dolencia en lo físico, por un disgusto en el aspecto emocional o por una injerencia de energía negativa de otra persona, decimos que acontece la enfermedad y con ella el desequilibrio.
Para la Organización Mundial de la Salud, la enfermedad consiste en una alteración del equilibrio de lo físico o lo mental, pero no se contemplan los otros planos existenciales del individuo; en magia, sí se tienen en cuenta, es más, se trabajan para que todos mantengan una armonía. Por eso, cuando una persona cae enferma, ya sea por culpa de una gripe o por un corte de digestión, se mira al ser desde un conjunto. La magia energética está especializada en los trabajos vinculados con la salud de la persona desde todos los planos posibles. En algunos aspectos se ha confundido con la magia verde, ya que hubo ciertas épocas en que se relacionó el color verde con la salud. Lo cierto es que la magia verde tiene que ver más con el amor que con la salud. A lo largo de los siguientes capítulos, el lector encontrará un serie de ejercicios que le ayudará a corregir y equilibrar la energía de su cuerpo, y sea en el plano físico, mental o vibracional.
Brebaje para recupera la energía perdida.
Las personas ancianas de nuestras familias tenían sus propios remedios para reencontrar el vigor perdido. En época de exámenes, de trabajos duros y pesados, con largos horarios y, cuando por causa de algún disgusto, las personas que estaban a su cargo presentaban síntomas de cansancio y apatía, las abuelas sabían muy bien cómo remediar este temporal estado anímico. Seguidamente, veremos una pócima natural en forma de brebaje que ayudará a solventar la carencia energética. Para realizar este trabajo, cualquier día de la semana es oportuno, pero nuestros mayores preferían el domingo.
La luna adecuada será creciente y la hora conveniente, cualquiera en la que luzca el sol, teniendo presente que deberá degustarse en ayunas. Sólo podremos tomar el bebedizo, como máximo, durante nueve días seguidos, debiendo descansar otros nueve antes de emprender una nueva toma. En caso de padecer diabetes o intolerancia a alguno de los ingredientes descritos a continuación, debemos prescindir de su ingestión.
Materiales
• Una cucharada de miel de roble.
• Una cucharadica muy pequela de huero crudo, muy bien batido.
• Una cucharadita de canela en polvo
• una pizca de vainilla.
• Medio vaso de leche de vaca fresca
En un pequeño recipiente que no sea metálico, pondremos a hervir la leche junto con la miel, la canela, la vainilla y la ralladura de la nuez moscada. Mantendremos la ebullición durante dos minutos. Cuando se haya enfriado, lo colaremos con un paño fino y le añadiremos la cucharadita de huevo batido, mezclándolo todo.
Elixir para aumentar el vigor sexual.
El transcurrir del tiempo, la monotonía, la rutina, o un exceso de preocupaciones y de trabajo, pueden hacer que las relaciones sexuales se espacien en demasía, el deseo tarde en aparecer o desa-parezca por completo y el sexo se convierta en una gimnasia repetitiva. El elixir que vamos a indicar seguidamente es apropiado canto para hombres como para mujeres, incrementando el vigor sexual en ambos casos. Para realizarlo, escogeremos un martes de luna creciente, procediendo a realizarlo a plena luz del sol.
Materiales:
• Una botella de orujo.
• Una botella, de capacidad un poco superior a la anterior, de cristal de color rojo. Deberá ser nueva por completo, e irá provista de un tapón de corcho para cerrarla de forma hermética.
• Un embudo sin estrenar.
• Un mortero.
• Quince almendras crudas, secas, sin piel ni cáscara.
• Quince nueces crudas, secas y sin cáscara.
• Quince piñones pelados.
• Quince granos de café torrefacto.
. Cien gramos de melocotón seco (orejones)
. La piel de una naranja mediana
. Cinco cucharadas de miel de azahar.
Verter el orujo en la botella más grande para que quepan en ellas todos los ingredientes. Después machacaremos cuidadosamente las almendras, las nueces y los piñones, a los que añadiremos las cinco cucharadas de miel hasta crear una masa que iremos diluyendo poco a poco con el orujo. Introduciremos en la botella la piel de naranja cortada en tiras finas, los orejones a pedacitos y los granos de café enteros. A continuación, iremos completando la mezcla con la pasta resultante de los frutos secos. Lo dejaremos reposar en un lugar seco y oscuro, moviéndolo a diario. Transcurridos cuarenta días, ya podemos empezar a degustar el elixir, tomando la precaución de colar exclusivamente la cantidad que se va a consumir de forma inmediata. El exquisito sabor de este licor será de gran ayuda a la hora de invitar a una copa al amor remolón que no acaba de decidirse, dando así un empujoncito a su libido.
Magia para calmar la enfermedad de un ser querido.
Los infortunios anímicos se traducen en una bajada de defensas que pueden acarrear dolencias y enfermedades. Síntomas que, por supuesto, deberemos consultar a un experto facultativo, pero que, por nuestra parte, podremos ayudar a solventar aliviando su molesta sintomatología. Cualquier día es adecuado para llevar a cabo esta ceremonia y no importará en qué fase se encuentre la luna. Los pasos mágicos descritos a continuación se podrán realizar a diario hasta el completo restablecimiento del paciente.
Materiales:
• Un paño de algodón blanco de cincuenta por cincuenta centímetros.
• Un pedazo de cordón o cuerda de algodón blanca.
• Cien gramos de harina de maíza
• Un vasito de agua de manantial embotellada.
• Las pepitas de un limón verde y ocho gotas de su zumo.
• Una cebolla pelada y partida en trozos pequeños.
• Una cabeza de ajos morados machacada entera y con piel.
• Una vela blanca.
. Un plato de porcelana también de color blanco.
En primer lugar prenderemos la vela blanca con una cerilla de madera y la depositaremos encima del platito de porcelana. Seguidamente, pondremos el agua de manantial a hervir e iremos añadiendo, poco a poco, la harina de maíz hasta formar una masa compacta. Le añadiremos las pepitas del limón y ocho gotas de su zumo, la cebolla cortada en trozos y la cabeza de ajo machacado. Iremos amasando la pasta hasta formar una bola densa. Se puede añadir un poco más de agua. Introduciremos la bola en el centro del paño blanco y formaremos una bolsa apretada, atándola con la cuer-da, y haciendo cuatro nudos. Deberemos repetir en voz alta el nombre de la persona a la que se quiera aliviar, cada vez que hagamos uno de estos nudos. Con la vela aún prendida, pondremos a la persona en cuestión en el centro de la habitación, que mantendremos calde-ada, ya que el enfermo deberá permanecer desnudo o cubierto con el mínimo de ropa posible, en cuyo caso deberá ser blanca y de fibra natural. Pasaremos la bolsa cogida con nuestra mano derecha, formando círculos concéntricos, empezando por la coronilla de la cabe-za, rodeando todo el cuerpo, para terminar en la planta de los pies.
Dicha operación debe hacerse con sumo respeto y silencio. Acto seguido, el paciente volverá a la cama a la que habremos cambiado las sábanas de antemano y ventilado oportunamente. Será preciso renovar a diario los materiales y el paño que el que habremos confeccionado la bolsa, debiendo tirarlos inmediatamente después de ,os pases mágicos, dentro de una bolsa negra,en un contenedor alejado de la casa del enfermo. Se podrá conservar la vela para reiniciar el ritual al día siguiente, tomando l precaución de apagarla cada vez con un poco de saliva untada en los dedos pulgar y corazón de la mano derecha. Estas operaciones han de hacerse en ayunas.
Baño de asiento para paliar molestas intestinales.
Las malas digestiones, la falta de sosiego a la hora de efectuar las evacuaciones diarias o los desagradables gases que hinchan nuestro intestino pueden repercutir desfavorablemente en el transcurrir cotidiano. Podemos recurrir a este eficaz baño de asiento que complementará eficazmente la prescripción del facultativo adecuado. No importa el día de la semana ni la luna, pudiendo repetirse a diario.
Materiales:
• Cuatro litros de agua del grifo.
• Dos puerros.
• Dos cebollas.
• Diez ajos.
• Un ramito de tomillo.
• Un ramito de perejil.
• Un ramo de hierbabuena.
• Cuatro hojas de laurel.
• Un limón entero pinchado con la punta de un cuchillo.
• Un puñado de sal y otro de comino.
Pondremos el agua a hervir, con todos los ingredientes limpios y troceados a tamaño mediano, menos el limón, que deberá conservarse entero. El caldo deberá permanecer en el fuego durante media hora, dejándolo enfriar un poco. Acto seguido, colaremos todos los ingredientes. En un ambiente caldeado y desnudos, introduciremos el caldo resultante en el interior del bidé o, en caso de carecer del mismo, en una palangana lo suficientemente grande para que nos permita sentarnos en ella. Tendremos preparada una pequeña toalla y la iremos mojando en el líquido, derramándolo seguidamente sobre nuestro cuerpo de cintura para abajo. Dejaremos de efectuar dicha operación, cuando el caldo empiece a enfriarse. Aclarar con agua a temperatura ambiente. Dormir abrigado con la ventana abierta.