Algunas personas se preguntarán si realmente existe una disciplina englobada dentro de los conceptos mágicos, que se dedique exclusivamente al amor. Bien, lo cierto es que la magia tiene tantos colores y tipologías como deseos pueda tener una persona. Podemos afirmar que existe una magia del amor; de hecho, la magia de amor es una de las primigenias. Hace ya varios siglos que la magia de amor suscita una vieja polémica prácticamente irresoluble: el color de la magia. Para muchas personas, la magia amorosa es, sin lugar a dudas, verde, ya que manifiesta la esperanza, la creación armoniosa de nuevos horizontes en los que se vivirá la ternura, el amor y el cariño. Por su parte, no falta quien le atribuye a la magia de amor una naturaleza más pasional; en este caso deberíamos decir sexual y, por tanto, la magia se convierte en roja. Los defensores de la magia roja como magia de amor, creen que la sexualidad, el vigor y la energía que se ponen en movimiento cuando se efectúa un acto mágico, son de color rojo y adjudican esta tonalidad a todas las acciones que tengan un componente ritual. Ciertamente, el color de Marte es rojo y simboliza todas esas pasiones referidas. La magia de amor es aquella que se pone en marcha cuando una o más personas desean modificar situaciones o acciones derivadas de lo afectivo, amoroso o sexual; de esta forma, la magia de amor servirá para seducir y fortalecer los lazos con la pareja.
Ritual para endulzar la relación
La rutina diaria, las prisas y el estrés hacen que resulte muy difícil encontrar el tiempo suficiente para cultivar el difícil arte del amor que, como una planta exótica y delicada, debemos regar cada día con el sagrado filtro de la seducción y la dulzura.
Materiales
• Dos velas de color azul cielo que nos ayudarán a iluminar la relación.
• Un pañuelo de seda azul que utilizaremos como soporte para elaborar el ritual.
• Un tarro pequeño de miel de azahar que nos servirá para atraer a la persona amada.
• Una cinta estrecha de raso, de color blanco que emplearemos para estrechar la unión.
Escogeremos el viernes como día favorable, a las doce del mediodía, repitiéndolo durante cuatro semanas consecutivas.
En completa soledad pondremos en una mesa el pañuelo a modo de tapete. Con un objeto punzante escribiremos en cada vela nuestro nombre y el del ser querido, pasando a continuación a ungir las mismas con el dedo pulgar y corazón con un poco de miel de azahar, empezando por la base y completando la operación cerca de la mecha. Crearemos una imagen mental de la persona querida mientras repetimos su nombre cinco veces, concentrándonos en la petición. Después de quince minutos, apagaremos las velas con la yema de los dedos humedecida con saliva y guardaremos el conjunto hasta la mañana siguiente. Transcurridas las cuatro semanas, ataremos las dos velas con la cinta de raso y envueltas en el pañuelo, las guardaremos por espacio de otro mes en el cajón que contenga nuestra ropa interior. Pasado el tiempo establecido, tiraremos todo el conjunto a un río de aguas limpias y cristalinas. El ritual descrito puede reforzarse si disponemos de dos fotografías, lo más nítidas posibles, en las que aparezcamos junto a la persona que queremos atraer. Las depositaremos debajo de cada una de las velas y, pasadas las cuatro semanas, las quemaremos cuidadosamente con su llama, procediendo a recoger las cenizas y a introducirlas en una bolsita, de seda de color rojo. Llevaremos la bolsa tocando la piel, oculta de las miradas ajenas. En caso de que resulte imposible conseguir miel de azahar, puede sustituirse por miel de mil flores, de la última cosecha, lo más pura posible.
Ritual para reconciliarse con la pareja
En ocasiones, los malentendidos, la falta de comunicación y, cómo no, terceras personas, pueden hacer que surjan disputas con nuestra pareja que, en caso de persistir, nos pueden abocar a un desastre en forma de ruptura. Para evitar las separaciones realizaremos el siguiente bebedizo:
Materiales
• Un palito de canela de medio centímetro aproximadamente.
• Cinco semillas de cardamomo.
• Una pizca de ceniza de un buen puro habano.
• Otra pizca de ceniza que conseguiremos quemando un pequeño mechón de nuestro cabello.
• Azúcar moreno de caña.
• Una planta tipo poto.
• Un cuarzo rosa
Propiciaremos que la persona con la que queremos reconciliarnos venga a nuestra casa y le prepararemos un delicioso café procediendo de la siguiente forma: llenaremos el depósito de la cafetera con agua destilada. En el recipiente indicado para el café, pondremos el café molido, junto con las semillas de cardamomo que previamente habremos descascarillado, y las dos pizcas de ceniza pertenecientes al puro habano y al mechón de nuestro pelo. Antes de que llegue la persona en cuestión, prepararemos una bandeja de servicio para tal fin y le serviremos el café en una taza de porcelana de color blanco. Ni que decir tiene que nosotros no lo tomaremos, poniendo cualquier excusa que nos redima de su consumo. Cuando la persona con la que queremos reconciliarnos se haya ido, abriremos la cafetera y recogeremos cuidadosamente el poso de café resultante de la anterior elaboración. Procederemos a transplantar el poro de la maceta original a otra mayor de barro cocido. En primer lugar, introduciremos el cuarzo rosa en el fondo de la misma, tapándolo con cuatro dedos de tierra nueva. Trasplantaremos a la nueva maceta la citada planta y mezclaremos la tierra superior de la misma con el poso del café. Dicha planta deberá presidir todos nuestros encuentros. Si a dicha persona no le gusta el café, podemos sustituirlo por un licor de su preferencia. En tal caso, suprimiremos el café molido por tres granos de café en grano y, junto con el resto de los ingredientes, en una pequeña tacita de agua haremos una infusión cargada que añadiremos al licor o combinado que tome habitualmente.
Ritual para despertar la pasión
La pasión no solamente es un complemento importante del amor, es también el eje fundamental en el que se centra la confian-za, y un pasaporte que nos lleva a renovar, día a día, el pacto de amor que nos liga al objeto de nuestro deseo. Cuando la pasión se apaga y las relaciones íntimas se transforman en una especie de gimnasia rutinaria, recomendamos proceder de la siguiente forma:
Materiales:
• Un hueso de dátil.
• Una bolsa de seda de color rojo sangre.
• Siete pétalos de rosa roja.
• Un cuadrado de veinte centímetros de papel de seda blanco.
• Siete semillas de cilantro.
Para hacer el presente ritual, se escogerá un martes en el que en el cielo luzca la luna nueva. Para elaborarlo, debe esperar a la media-noche. Se procederá a escribir en el papel de seda con tinta rosa, el nombre completo y la fecha de nacimiento de la persona amada.
Encima depositaremos el hueso de dátil y, cubriéndolo, los siete pétalos de rosa y las semillas de cilantro. Elaboraremos un paquete cuidadosamente con todos los ingredientes y lo meteremos, a su vez, dentro de la bolsa de seda roja. Deberemos introducir la bolsa así preparada, en el interior de la almohada de la persona a la que se desea, renovando tanto la operación como los ingredientes, una vez cada tres meses.
Ritual para adelantar una boda
Si nuestra relación afectiva se nos escapa de las manos, proponemos un sencillo ritual que ayudará en gran manera a acelerar el proceso de legalización de esta unión tan esperada.
Materiales:
• Un hermoso ramo de romero.
• Los pétalos de cinco rosas blancas.
• Un litro de agua embotellada.
• Tres cucharadas de canela molida.
• Una copa de aguardiente de caña.
El presente ritual tendremos que repetirlo a la misma hora durante nueve días consecutivos. Pondremos el agua a hervir e introduciremos todos los ingredientes, manteniendo la ebullición durante cinco minutos. A continuación, lo dejaremos reposar otros veinte minutos. Después, lo colaremos con un paño blanco de algo-dón. Una vez hecho esto, traspasaremos el líquido a una botella de cristal transparente. Nos ducharemos y nos verteremos la mágica cocción desde la cabeza hasta los pies, teniendo en cuenta que tenemos que secarnos al aire.